Estudiar música mejora el rendimiento escolar. Descubre por qué con el Modelo VARK.
Son
cada vez más numerosos los estudios que demuestran los beneficios de la
práctica musical a cualquier edad y sin falta de ser un virtuoso intérprete de un instrumento.
Lástima
que el número de estudios aumenten en proporción inversa al número de horas lectivas dedicadas a esta disciplina en colegios e institutos. De todos modos,
nuestros peques pueden aprender fuera del cole lo que no se les enseña en él,
si ese es el caso.
En otra de mis entradas exponía mi idea sobre como la inteligencia musical ayuda al desarrollo del resto de inteligencias múltiples de Gardner. Este es
uno de los motivos por los que la práctica musical desde edades tempranas ayuda
a mejorar el rendimiento escolar. Además existe otra razón. Se trata de la
estimulación que esa práctica musical provoca en los canales de recepción de la
información: el auditivo, el visual y el kinestésico. Todas las personas nos
servimos, en mayor o menor medida, de estos tres canales para nuestra
comunicación y para aprender. ¿Sabes cuál o cuáles predominan en ti? Por
ejemplo, ante unas instrucciones para saber cómo funciona determinado aparato:
-
¿eres de las personas que estudiará minuciosamente el manual?
-
¿prefieres ver o escuchar indicaciones sobre su uso en un vídeo
tutorial o audio?
-
¿o te falta tiempo para sacar el aparato de la caja, apretar el botón
de encendido y empezar a experimentar con él?
Según
tus respuestas resultará bastante obvio cuál es tu canal predominante o preferido, ése
que usarás de forma innata para comunicarte y con el que aprenderás cualquier cosa más fácilmente.
Estos
estilos de aprendizaje y los test que los miden fueron propuestos, en el 2006,
por Neil Fleming y Colleen Mills, en lo que llamaron el Modelo VARK, acrónimo
formado por las iniciales de cuatro palabras inglesas: visual (visual),
read/write (lectoescritura), aural (auditivo) y kinesthetic (kinestésico).
El
canal de la lectoescritura ha ido perdiendo importancia porque se ha
considerado que este aspecto está incluido en el canal visual y kinestésico. De todos modos, en mi
opinión sí que hay diferencia y merece un apartado específico en los test. En
las preguntas de antes habrá personas que, con el manual de instrucciones en la
mano, se conformen con ver el esquema o la fotografía en la que se describe el
artilugio, mientras que en otros casos preferirán leer párrafo por párrafo,
incluso subrayando o haciendo sus propias anotaciones al margen.
Identificar
cuál es el canal de comunicación preponderante
en una persona permite a ésta utilizarlo de forma más consciente sacándo así más
provecho del mismo. Si además procura realizar tareas o estrategias que le permitan
desarrollar los canales que menos usa estará asegurándose mayor capacidad de
aprendizaje y éxito.
Ahí es
donde interviene el poder de la música, de los estudios y la práctica musical,
ya que suponen un estímulo continuo de los tres canales de comunicación:
-
Visual
Se ejercita mientras se lee la partitura, al seguir la gestualidad y
las indicaciones de quién dirige o cuando se observa en el instrumento la
colocación precisa de los dedos. Al improvisar sin partitura se tiene un
esquema mental que se visualiza. También es posible (y muy recomendable)
estudiar la partitura sin tocarla.
-
Auditivo
Hablando de música resulta evidente que el canal auditivo será
desarrollado. Hay muchos matices de sonido presentes en una sola nota (volumen,
calidad, duración, afinación, armónicos). Si haces música en grupo todas estas
respuestas y sus posibles combinaciones se multiplican. Además, algunas
personas aprenden música o cantan y tocan de oído.
-
Kinestésico
La práctica de cualquier instrumento supone coordinación corporal:
manos, pies, labios, lengua, respiración, todo el cuerpo interviene en la
práctica instrumental. Y de nuevo, si haces música en grupo, además de
coordinarte con tu propio instrumento deberás acoplarte al ritmo y el resto de
parámetros musicales acordados.
La
lectoescritura también está presente en la música. Las partituras suelen estar
repletas de anotaciones sobre su estructura o con indicaciones que recuerdan
aspectos técnicos o interpretativos específicos para cada instrumentista. A la
hora de aprender una partitura de memoria resulta muy útil transcribirla con
todo lujo de detalles.
Todo
eso explica por qué la práctica musical conlleva una mejoría notable en el
rendimiento académico. Además hay que sumar aspectos más conocidos de lo que
supone el estudio de un instrumento como el desarrollo de la disciplina y la
constancia, la superación de la frustración o poner en valor los logros a
medio/largo plazo.
¿Te ha
entrado curiosidad y quieres averiguar qué canal sensorial destaca más en ti?
¿Tienes peques en casa o eres profe y te gustaría saber cuál predomina en
ellos? Aquí te dejo dos test: el del Modelo VARK para adultos y la
adaptación de este test para ámbito escolar realizada por el psicólogo Ricardo Ros, aplicable tanto para
infantil como para primaria o secundaria, compartida como recurso en la web educativa Orientación Andújar. En este segundo caso se ha obviado el canal de lectoesritura.
Con los
resultados de los test en la mano de ti dependerá sacar más partido de tus puntos fuertes y
fortalecer los débiles. Sabiendo si en tu caso predomina lo visual, lo auditivo o lo
kinestésico podrás aumentar la calidad de tus relaciones, ya que harás más
comprensibles tus ideas y estarás en mejor disposición de entender las de los
demás. Si eres estudiante sabrás con qué estrategias puedes resultar más
eficiente y mejorar el rendimiento con menos esfuerzo y de forma más duradera.
Si te dedicas a la enseñanza podrás diseñar tus clases con una combinación de
recursos tan completa y motivadora para el alumnado que te permitirá satisfacer
los canales predominantes en cada caso, así como favorecer el desarrollo de
aquellas áreas sensitivas en las que descubras algún déficit.
Y todo
eso lo puedes lograr mediante la música. ¿A qué esperas para incorporarla en tu vida? Y si ya eres músico ¿seguro que estás aprovechando todo el potencial que te ofrece? Te dejo con un vídeo en el que se explica lo que sucede en nuestro cerebro mientras tocamos. Te propongo que lo veas en pantalla completa para disfrutarlo mejor. ¡Mucha música y mucha salud!
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