Postura sana en la Cumbre Asturiana de Trombones
Allá donde fueres...haz lo que vieres, dice el refrán. En mi caso, con Postura sana, la estrategia es diferente.
Allá donde voy a impartir un taller, observo, me empapo de lo que veo y trato de comprender. Luego lanzo preguntas, más para tratar de entender que para enseñar lo que ya sé. Allá donde voy trato de establecer un equilibrio entre humildad y generosidad. Y así fue como actué en la III Cumbre Asturiana de Trombones.
Llegué mucho antes de la hora de mi Taller y, aprovechando la distribución de los participantes y la perspectiva aérea que me permitía el patio del Antiguo Instituto Jovellanos, me mantuve al acecho y capturé imágenes en mi cabeza y en mi móvil. Había de todo, trombonistas con una postura bastante equilibrada y otros con bastante margen de mejora. Comparto contigo algunas de las cuestiones que observé y que expuse en mi Taller.
Piernas y pies
Hay de todo. Algunos demasiado juntos, otros demasiado separados, abiertos en V, en dirección diferente al tronco...También los había bien equilibrados, plantados firmes en el suelo o recibiendo el peso de forma alterna.
Tocando sentados
Pies escondidos debajo de las silla o apoyados en las patas de estas en vez de estar firmes en el suelo; espaldas casi casi bien posicionadas, con el apoyo de los isquiones en el borde de las sillas..., pero inclinadas hacia atrás para compensar la longitud de la vara extendida.
Espalda sufridora
Esa compensación que logra echando la espalda hacia atrás, se acentúa mucho más al tocar de pie. Y, ¿te has fijado en el plano cenital de arriba? El niño, que adelanta el hombro derecho mientras maneja la vara al tocar, ¡lo mantiene en esa posición adelantada incluso cuando no toca!
La ropa nos da pistas
Los pliegues de la ropa delatan si nuestra postura está equilibrada o no. La tendencia, en este caso, es apoyar el peso en la pierna izquierda flexionando la derecha y dejando caer la cadera hacia ese lado. La ropa, en la espalda, delata la descompensación que habrá a nivel de toda la estructura.
¿Qué podemos hacer?
Los profes o las familias, podemos fijarnos en esos detalles externos y aprovecharlos, invitando a que los peques sientan la diferencia que se produce en su interior cuando mantienen unas posturas u otras.
Buscando que ganen autonomía y para que se chequeen, o para nuestra propia mejora, puede servir de ayuda grabar la practica con el instrumento.
Mientras, para hacer más agradable el tránsito desde una postura de abandono y lesiva hasta otra más respetuosa con la biomecánica de nuestro cuerpo, podemos ayudarnos de automasajes con pelotitas, rodillos, troncos cervicales, cojines de equilibrio...y todos esos artilugios con los que consigo hacer más lúdica la tarea de seguir sembrando mi lema: ¡Mucha música y mucha salud!
¡Infinitas gracias a la organización de la Cumbre por contar conmigo!
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