Descubrimientos, notas mentales y batallas ganadas durante el confinamiento
El lunes 18 de marzo abrí la mesa del salón y coloqué el bajo mantel verde que utilizamos para los banquetes navideños. Tenía invitados muy especiales. ¿Quiénes eran?
Todo mi alumnado y sus familias. El Covid-19 me dio la oportunidad de recibirles desde la comodidad de mi casa y de que ellos me abrieran la puerta de las suyas. Ahora toca reflexionar sobre lo que ha supuesto esta vivencia. Estos son algunos fragmentos de esta experiencia tan abrumadora como emocionante:
- La primera semana fue como una carrera de ciclismo por etapas. Cada hora de clase, un tramo diferente en el perfil de ese día: en unas llaneaba mientras que otras se semejaban más a la subida de un puerto o a una contrarreloj. El tiempo pasaba y no cundía como en las clases presenciales. Todos tuvieron su clase individual, incluso en el caso de una alumna con la que fue imposible contactar por vídeo llamada. Le di clase por teléfono. También impartí las colectivas. PRIMERA BATALLA GANADA. Llegué al viernes exhausta.
- Al inicio de cada clase: preguntar si todos estaban bien de salud, en especial al alumnado que tenía familiares en Madrid o a la alumna soriana que se volvió a su casa antes de declararse el estado de alarma.
- En la siguiente pregunta me interesaba por las tareas del cole/instituto/universidad y también sobre otras extraescolares. ¿Estaban entrenando en casa, se movían? Por favor, que no se quedaran empantallados todo el día.
- Una tercera pregunta: ¿Estaban en contacto con el resto de profes del conser? ¿Necesitaban que yo hiciera de intermediaria con alguno de ellos?
- Llegaba el momento de empezar la clase: “¿Tienes todo listo? ¡Pues allá vamos!”
- DESCUBRIMIENTO 1: El alumnado no tiene la costumbre de utilizar el metrónomo en casa. Llámame ilusa, yo confiaba que sí. Lo descubrí cuando, una vez llegado el momento de utilizarlo (y a pesar de “tener todo listo”, según ellos) no lo tenían a mano. Estaba todo preparado menos el metrónomo. “Espera que voy a por él”. Y allí me quedaba yo, frente a la pantalla… (cri, cri, cri…). Algunos tardaban varios minutos en volver con él. Otros volvían con las manos vacías: “Es que mi madre lo desinstaló del móvil porque no tenía espacio”, “Es que no tiene pilas”, “Es que lo utilizó mi hermana/o y no sé dónde lo guardó.”
- NOTA MENTAL 1: Reflexionar sobre cómo les indico que deben practicar con el metrónomo en casa. Está claro que no me explico bien.
- Según avanza la primera semana me encuentro con la voz más cansada. La utilizo mal. De forma inconsciente, pretendo salvar los problemas de calidad de alguna conexión alzándola más.
- El alumnado de Reeducación corporal, la Optativa de 5º y 6º de Profesional, agradece mantener el contacto semanal por vídeollamada: hipopresivos, meditación, relajación, exposición oral de libros… insistimos en todo aquello con lo que lograr afianzar lo que trabajamos hasta el confinamiento: sentir sus cuerpos con volumen y no solo en el plano frontal. ”Querer es poder” y nosotros, el alumnado y yo, quisimos y pudimos.
- Aprovecho la posibilidad de hacer fotos que me brinda Skype para pillar “in fraganti” dedos demasiado alzados, embocaduras redondeadas, hombros levantados, clarinetes desviados hacia la derecha… Luego veo mis caras en esas mismas fotos y descubro mi ceño fruncido, mi cabeza hundida entre los hombros, el cuello adelantado hacia la pantalla… Normal que todos los días, de esa primera semana, acabara con un inmenso dolor de cabeza (“¿tendré el coronavirus?, el dolor de cabeza es uno de los síntomas.”). Un automasaje me calmaba el dolor y me confirmaba que era tensional. El ansia por entregarme en cada clase provocó... ¿¡qué me olvide de mi cuerpo!? Tocaba priorizar Postura sana de nuevo.
- NOTA MENTAL 2: La próxima ocasión que tenga que organizar un horario de clases online dejar un descanso de 10’ entre ellas para estirar y descansar la vista. Mantener el horario del conservatorio, con todas las clases seguidas es agotador.
- Empiezo la segunda semana enviando un mensaje motivador a todo mi alumnado y sus familias. Lo envío por la lista de difusión de whatsapp que creo cada curso. Me da la vida y me facilita mucho el trabajo. En los años que llevo utilizando esa herramienta nunca he tenido problemas. Las familias son muy respetuosas. Todas las semanas del confinamiento han tenido mi mensaje motivacional, ¡además de otros muchos, qué no hemos parado!
- Noto que el alumnado presta una atención especial en las clases on line. Entiendo que para ellos también resultarán más cansadas este tipo de clases. A nuestro cerebro le falta todo el lenguaje no verbal que la cámara no capta. Lo tengo en cuenta y me mantengo alerta a posibles síntomas de fatiga.
- Propongo hacer una audición del segundo trimestre con vídeos de sus interpretaciones. Todos se vuelcan en dar el máximo, las familias y el alumnado. Me emociono (y no es un decir) según me van llegando los vídeos. Les he pedido que se vistan de audición, que se visualicen en el Salón de Actos del Conser, que saluden antes de tocar y al final, que sus familias les escuchen y aplaudan… OTRA BATALLA GANADA.
- DESCUBRIMIENTO 2: El alumnado pone empeño en enviarme la mejor grabación posible, lo que supone que estén un buen rato practicando y escuchándose con mucha más atención.
- NOTA MENTAL 3: Incluir en mi Programación de Aula la realización de alguna grabación anual aunque se recupere la normalidad de las clases presenciales.
- Las familias ponen toda la carne en el asador, me ofrecen su ayuda para resolver dudas, para coordinar su teletrabajo y nuestras clases… Algunas familias han hecho un gran esfuerzo por ponerse al día con las plataformas, el envío de archivos, formatos y diferentes acciones que jamás habían realizado. Ha sido una alfabetización digital en vena. En parte ayudados por mí o por sus hijos. Hemos aprendido tod@s de tod@s.
- Poco a poco, a un lado y otro de la pantalla, nos acostumbramos a la forma de dar/recibir clase online: esperar por la respuesta, hablar más despacio, preguntar si se nos entiende, y otras cuestiones, tan simples como novedosas.
- Tras las vacaciones de Semana Santa, constato que la mayoría de los colegios e institutos se han puesto las pilas y han instaurado clases online en diferentes plataformas. De todos modos, el aluvión de tareas no cesa. Algunas muy creativas, pero tareas.
- En las clases se nos cuelan las mascotas de mi alumnado. Gatos que pasan por encima del teclado y silencian el micrófono (en la imagen superior Cocolimón). Canarios que hacen una segunda voz a según qué melodías. Guillermín, el canario de una alumna, tenía predilección por la“Siciliana” de Fauré, hasta el punto de que la pobre no podía sincronizarse con el acompañamiento de la pianista porque no lo escuchaba.
- Porque, esa es otra, la pianista acompañante se ofreció a grabar todos los acompañamientos del alumnado que tenía las Pruebas de Acceso o los Recitales de Fin de Enseñanzas Profesionales. Algunos los puedes encontrar en you tube. Otros, resulta imposible. Así que, infinitas gracias por su esfuerzo.
- Mientras se van sumando días de confinamiento noto que a una parte de mis alumnos les cuesta más estarse quietos mientras tocan el clarinete o escuchan las explicaciones. Necesitan moverse y pasan el peso de su cuerpo de un pie a otro de tal modo que, en algún momento, temo que me puedan hipnotizar como si estuvieran balanceando un péndulo ante mí. Con la más chiquitina, de solo 8 años, tengo una anécdota muy simpática. En una ocasión, después de haber anotado algo en mi libreta, al volver la mirada a la pantalla, compruebo que la imagen se ha quedado congelada y me cuesta distinguir qué es lo que aparece en ella. Tras un breve instante, la conexión se reactiva de nuevo y se suceden, a cámara rápida, una secuencia de imágenes que aclaran lo que estaba viendo: mi alumna patas arriba. Había aprovechado esa pausa para ponerse a dar volteretas por su salón. En cuanto se permitió salir de casa a los más peques pude comprobar que esa inquietud remitía y que respondían mejor a la intensidad de las clases.
- NOTA MENTAL 4: había que incorporar de nuevo los estiramientos dinámicos a las clases.
- He visto como mis alumnos, los chicos, “desaparecían” tras su pelo hasta que en algún momento la madre o el padre se armaba de valor para cortárselo. ¡Ni tan mal!
- He comprobado como mis alumnas, las chicas,“espochigaban”, como decimos aquí en Asturias, es decir, desarrollaban físicamente y daban una gran zancada camino de la pubertad. ¡La naturaleza sigue su curso aunque la confines!
- Las vistas desde mi aula del Conser de Gijón son espectaculares. Las de mi salón tampoco están mal. A pesar de vivir en un piso disfruto de la vista de varios montes (Deva, Peña de los cuatro jueces, Pico El Sol, entre otros). Además, en un primer plano, puedo contemplar las plantas de nuestras jardineras. La primavera se abre paso. Algunas plantas están espectaculares. Las fresas siguen dándonos regalos. Los tréboles de cuatro hojas empiezan a brotar y luego a florecer. Me siento acompañada por todas ellas.
- NOTA MENTAL 5: Aunque te aborrezca todo el trabajo que te da renovar la tierra a las jardineras de tu fachada... ¡hazlo! Recuerda, siempre, lo mucho que agradeciste contar con ese reducto de naturaleza, llena de vida y color, durante el confinamiento.
- Las semanas se suceden y propongo una actividad más. No solo a mi alumnado sino al resto de alumnos de clarinete del Conser de Gijón. Grabar un vídeo para seguir con el objetivo que me había propuesto para este curso desde el Proyecto de Educación para la Salud Postura sana: la difusión de la Reanimación Cardiopulmonar. La respuesta fue espectacular. Grabamos entre todos la lectura del cuento de la RCP, “Aisha y los salvavidas”, de Lucía Porteiro, y finalizamos el vídeo con la interpretación de la pieza que adaptamos para estrenar en el último Concierto Solidario de Carnaval del Conser. OTRA BATALLA GANADA.
- ¡Y requeteganada! Porque nuestra causa solidaria fue retransmitida en varios medios de comunicación. Fue muy emotivo que algunos de los periodistas nos entrevistaran desde sus casas con sus propios recursos. ¡Infinitas gracias!
- Digo “nos entrevistaran” porque propuse a los medios que también fueran entrevistados los alumnos. Y así fue. Por sorteo, entre los que se ofrecieron voluntarios, salieron seleccionados varios Clarinetistas cuentacuentos que hicieron sus pinitos atendiendo a los medios de comunicación. Tienes varios ejemplos en mi canal de you tube, en la lista de reproducción “RCP difusión”. ¡Enhorabuena chic@s!
- NOTA MENTAL 6: Seguir incluyendo al alumnado en las entrevistas para favorecer una formación más completa y mantener la motivación en alza.
- A estas alturas de la película, viendo que el virus nos respeta a mí, a todo el alumnado y a sus familias, empiezo a sospechar que el Coronavirus se ha aliado con nosotros. Creo que le gusta el clarinete y no le interesa que enfermemos. ¿Te imaginas los titulares? (léase con voz de corresponsal en conexión directa con los informativos) 'Tocar el clarinete evita el contagio por coronavirus. Se están realizando estudios con los que certificar que la práctica continuada con este instrumento minimiza el riesgo de contagio. En realidad, el estudio va más allá y es muy probable que la práctica con cualquier instrumento musical sea uno de los antídotos más eficaces con los que, de momento, se pueda hacer frente a la pandemia.' (fin de la entonación periodística). ¿Te imaginas lo qué podría suponer para la sociedad que la música fuese, no solo el bálsamo con el que hacer más llevadero el confinamiento, sino la herramienta con la que vencer al virus?
En fin, bromas a parte, mi imaginación empezó a volar cuando me encontré con esta ilustración de Lluna Llunera's Illustrations, utilizada por José Luis Miralles Bono en una de las entradas de su blog, Oysiao en el Oasis, que tanta ayuda ofrece al profesorado de música y mucho más en este confinamiento. Porque no solo de dar clases se nutre el profesorado. En este caso, la ilustración la utilizó en la entrada titulada 'La perspectiva de los alumnos en la docencia on-line musical'. Esa es una de mis máximas, enseñar desde la humildad de reconocer cuánto me queda por aprender.
- Siguiente actividad propuesta: participar en la iniciativa lanzada por Marco Mazzini y su equipo de Clariperu, la creación del Primer Coro Iberoamericano de Clarinetistas. Aprovechando que me invitan como profesora, animo al alumnado de clarinete del conser a participar. El cansancio y la saturación por las tareas del cole pasan factura y muchos reconocen que les encantaría pero que no pueden comprometerse. Se inscriben seis de mis alumnos. Otro atracón de tocar y grabar. Otro aumento en el rendimiento. Otro resultado espectacular. Por cierto, ya está en marcha el segundo Proyecto de esta agrupación y están invitados todos los clarinetistas iberoamericanos. SI quieres más información te la dejo aquí.
- Más entrevistas colectivas para difundir esta nueva iniciativa. En ellas participamos el alumnado, Marco Mazzini y yo. De nuevo, los medios volcados en la difusión. De nuevo, gracias. Esta vez contamos con la ayuda internacional de Clariperu para GANAR UNA BATALLA MÁS.
- El curso avanza, las semanas se suceden. Comienza la desescalada y son muchos los que no tiene maldita gana de salir de sus casas. Hay que ayudarles en ese tránsito a la “nueva normalidad”.
- Además, no todo son alegrías. Algunas familias se quedan sin empleo. Otras se esfuerzan por mantener a flote sus negocios familiares con ingresos cero. Pasan por achaques de salud. Uno de mis alumnos perdió a sus abuelos maternos en menos de un mes. Desde mi humilde acción hago todo lo posible por adaptar el ritmo de mis clases y acompasar esas difíciles circunstancias por las que pasan.
- Y sin darnos cuenta se nos echa el fin de curso encima. Planteo preparar otra grabación, la de la Audición de Fin de curso. De nuevo una respuesta comprometida. Muestra de ello es el vídeo que incluyo al final de esta entrada. La mayoría del repertorio son piezas de bandas sonoras de películas de Disney. Aprender puede ser divertido y exigente al mismo tiempo.
- ¡No se vayan todavía aún hay más! La última semana la paso lesionada. Lo que podía haber supuesto una avería bastante gorda se queda en un susto descomunal. Un percance en la finca de los abuelos me lleva a urgencias. Salgo de allí con la certeza de que mi rodilla izquierda no tiene ningún hueso roto. También con la incertidumbre sobre el grado de lesión que tengo en el ligamento interno o en el menisco. Eso sí, me diagnostican reposo relativo y seis semanitas mínimo para la recuperación. Las últimas clases las imparto muy incómoda y dolorida. Las extras en las que quedé con mis alumnas de la Prueba de Acceso las impartí a ratos tumbada en la alfombra de mi salón. Aunque lisiada, otra BATALLA GANADA.
- DESCUBRIMIENTO 3: En realidad este descubrimiento no ha tenido lugar todavía pero ojalá pronto logre desvelar qué demonios quiere que aprenda el dichosito karma, que, así a lo tonto y como quién no quiere la cosa, lleva más dedos años poniéndome la zancadilla.
- El alumnado se ha crecido ante las dificultades. Muestra de ello las notas de fin de curso y la serenidad con la que, dos de mis alumnas, se enfrentaron a las Pruebas de Acceso a Profesional. ¡Enhorabuenísima! Todo esto supone una GRAN VICTORIA EN LA BATALLA FINAL.
- Mis hijos, bastante conocedores del repertorio clarinetístico (no en vano lo han escuchado desde el vientre materno), acaban el curso tarareando hasta los estudios menos conocidos. A estas alturas, los creo muy capaces de distinguir a todo mi alumnado solo por el sonido de sus clarinetes.
- Algo que no se me borrará de la memoria: los abrazos y las enhorabuenas que me daban mis hijos al acabar las clases y las miradas de admiración de mi marido. Desde ahora, valoran mucho más mi profesión y mi forma de ejercerla.
- La mesa de nuestro salón vuelve a estar plegada.La incertidumbre sobre el próximo curso flota en el ambiente. Si debo desplegarla de nuevo ya no partiré de cero. La imagen que encabeza esta entrada es un colage. En él se muestra la variedad de diseño de los azulejos, de Talavera de la Reina, que visten las paredes interiores de la Universidad Laboral, recinto en el que se ubica el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón, nuestra segunda casa. Ojalá podamos volver a disfrutar de habitarla, aunque sea con la “nueva normalidad”, el próximo curso.
Estos son algunos de los ecos que esta situación ha dejado en esta profe, que acaba el curso como un pisapapeles al que se le ha dado la vuelta y en el que todavía no se han aposentado todos los copos de nieve. Con estos retales toca hacer un patchwork mental y emocional que sirva de anclaje y que proporcione madurez personal y profesional.
El verano es tan largo o tan corto como nosotros lo interpretemos. Por mi parte, espero lograr, como siempre, un equilibrio entre el descanso, la desconexión, la formación continua y la propuesta de actividades que mantengan el buen estado de forma musical adquirido. Los músicos somos deportistas de alto rendimiento. Nuestro objetivo, siempre,mejorar o, como poco, mantener nuestra marca.
Feliz verano. Hagamos las cosas bien para evitar rebrotes. Os dejo con el vídeo de la Audición de Fin de Curso con música de Disney, aquí mismo, un poco más abajo.
Más fuerte que nunca, mi lema: ¡Mucha música y mucha salud!
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