Lo mejor de las vacaciones incoporado a tu vida.

Lo mejor de las vacaciones incoporado a tu vida.

¿Eresde esas personas que llenan su casa, o las de sus familiares y amigos, con souvenires de sus vacaciones? Te invito a que te traigas otro tipo de recuerdos.

Antes de que continúes con la lectura de esta entrada, y por si te resulta más cómodo escucharla, te invito a que lo hagas desde el vídeo que he enlazado al final de este post. En él, yo misma, he puesto voz a este texto. Si prefieres leerla aquí te la dejo. Espero que te guste.

En vez de plantearte lo malo de la vuelta al trabajo (¡cuántas personas quisieran tener un trabajo al que volver!) piensa en lo bueno de las vacaciones. ¿Qué es lo que más te gustó de ellas? ¿Qué hizo que te cargaras las pilas? ¿El sol, la playa, dormir más, estar con la familia, el contacto con la naturaleza? Si pudieras quedarte con alguna de esas cosas ¿con cuál te quedarías? Elige una y busca la forma de incorporarla a tu vida día a día o cuantas más veces puedas. Si realmente te interesa, encontrarás el modo de hacerlo por imposible que te parezca. Si cada año eliges una, de aquí a unos cuantos veranos, podrás tener todas las que enumeré en la pregunta anterior como parte de tu estilo de vida y no solo en las vacaciones.

También puede suceder que descubras algo curioso al reflexionar sobre este tema. Eso que en apariencia anhelas no tiene cabida en tu vida. Está muy bien unos días al año y poco más. Perdería la gracia si lo tuvieras todos los días. En realidad esa “cosa” es una necesidad creada por esta sociedad de consumo. Te has creído que te satisface, que nutre alguna de tus necesidades, cuando en realidad lo único que logras con ella es entretenimiento barato y vacío de contenido, como cuando a un bebé se le pone el chupo en la boca hasta que podemos darle la teta o el biberón.

Te voy a confesar las cosas que yo he incorporado a mi vida en los últimos veranos: 

A los 42 años empecé a correr media hora. Primero tres días a la semana. Luego fui aumentando hasta que corría esa media hora todos los días excepto alguno. A día de hoy soy atleta veterana federada.


A los 43 hice hipopresivos todos los días excepto uno de descanso. Ahora no me conformo con ser monitora de hipopresivos, además estoy aplicándolos de forma innovadora al mundo la música.

A los 44 mantuve mi nuevo diario, nada fácil con el caos que puede suponer estar de vacaciones. Uno de los hábitos que recuperé en mi Certificación como Coach Educativo fue escribir todos los días por la mañana, antes de levantarme de la cama, en una preciosa libretita, una frase, una intención, una idea, un sueño. Y antes de meterme en la cama, en esa misma libreta escribo una reflexión, un balance, un perdón, un despejar la mente antes de entregarme al merecido descanso. Ese simple gesto me permite empezar y terminar el día con la tranquilidad de las vacaciones incluso en los momentos de mayor estrés.

A los 45 busqué el silencio y la calma y mantuve conversaciones con personas muy importantes para mí. Conversaciones de esas en las que hablas sobre lo divino y lo humano y al mismo tiempo sobre tonterías. Con ello logré agudizar aún más mi capacidad de escucha y fortalecí mi relación con esas personas, con otras y conmigo misma. Desde entonces me resulta más fácil hacer meditación todos los días.


- A los 46, empecé a poner en práctica con mis hijos las recomendaciones del libro 'Menos es más'de Francine Jay. Ropas, libros, juguetes, cachivaches varios, infinidad de cosas, durante tooooodo el verano, han ido desapareciendo de casa o teniendo un lugar claro en el que estar. Al fin y al cabo, cuando te vas de vacaciones no te llevas toda la casa a cuestas y en cambio disfrutas más de cada segundo de vida.  

- A los 47, me propuse alimentarme todavía mucho mejor. Cuando nos planteamos que queríamos tener hijos empecé a realizar ciertos cambios en mi alimentación que sin duda fueron parte de mi secreto para tener dos embarazos estupendos. Desde entonces, esa mejora no ha parado de continuar y mi salud y vitalidad con ella. El verano de 2017 me empapé de lecturas y visionado de vídeos sobre alimentación, combinación de alimentos y recetas saludables. Me nutrí de dos fuentes muy contrastantes y, al mismo tiempo, complementarias. Por un lado Montse Bradford, a la que mis hijos llegaron a conocer como si fuera de la familia porque escuché infinidad de veces sus vídeos, y por otro, el libro 'Flexivegetarianos' de Ana Moreno. 

- A los 48, después de un curso muy intenso con la preparación de las oposiciones, el verano me cundió muchísimo. Me dio tiempo a descansar, disfrutar de los míos, estrenar en público “Jekyll & Hyde”, de Diana Pérez Custodio, y a entrenar (¡Qué en septiembre tendría mi primer Campeonato del Mundo de Atletismo Máster !). 

- A los 49 
una fascitis frustró mis planes de entrenamiento veraniego. Se ve que por mucho que estire nunca es lo suficiente para mis pies, 'tan sensuales como cavos”, según palabras de un amigo. No quedó otra que cuidar muchísimo más la alimentación y arreglármelas para mantener el buen estado de forma a pesar de no tener tanta actividad física. Incluso logré volver de las vacaciones, y del buffet, una vez más, ¡sin ganar peso! Mi experiencia con la dichosa fascitis te la contaré en otra entrada. 

- A los 50, a los 50 me siento feliz de la vida incluso a pesar de la pandemia, el confinamiento, la incertidumbre y todo lo que supone esta nueva normalidad impuesta por el Covid-19. Los 50 pueden ser un buen momento para volver a nacer. Este verano, quizás por la cifra redonda de mi edad, toca revisar. Revisar lo vivido durante esta situación tan atípica que nos ha tocado vivir. Revisar los hábitos incorporados durante los últimos años. Mi experiencia me dice que sin revisión no hay avance. Resulta muy motivador planificar, diseñar planes de acción, ponerlos en marcha, avanzar, hacer. De todos modos, sin revisión, insisto, no hay avance, o por lo menos consciente. Puede que avances pero nadie te asegura que sea en la dirección que quieres. Así que, este verano, el hábito rey es la revisión. Por cierto, que puestos a revisar, acabo de darme cuenta de una errata en el título de esta entrada. Y lleva así desde 2016 y nadie se ha dado cuenta o por lo menos nadie me ha dicho nada. 

Varias cosas que quería hacer. Varias hábitos que he incorporado a mi día a día. Varias gestos que de algún modo me permiten mantenerme en un estado de perpetuas vacaciones. Es más fácil de lo que parece y te aseguro que reconforta y te carga las pilas de por vida. Empieza hoy mismo. ¿Qué fue lo mejor de tus vacaciones y cómo puedes mantenerlo el resto del año? Tu respuesta te dará una idea. Luego solo te queda pasar a la acción. Ya me contarás el resultado que consigues. A buen seguro tu experiencia servirá para inspirar a otras personas. ¡Feliz vuelta a todo! ¡Mucha música y mucha salud!


  



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