La mayor sorpresa del confinamiento
Es una persona. Ni te puedes imaginar de quién se trata. Quiero presentártela porque está dejando huella, marcando camino, aportando mucho cada día. Un descubrimiento así hay que compartirlo.
Las redes sociales me han acercado a ella. Sus directos en Instagram se han colado en mi vida durante el confinamiento, en concreto desde el 3 de abril. En ellos ha logrado reunir a todo un elenco de personas que no tienen desperdicio, algunas de las cuales sigo desde hace años y cuyos libros son de los que habitan en mi casa en estanterías con puerta de cristal, para que se conserven mejor. De hecho, llegué a ella porque me sorprendió ver que compartía directo con Julio de la lglesia, TEDAX, coach y ponente al que sigo desde 2018. ¿Qué demonios hacía este hombre en un directo de ella, Anne Igartiburu, la presentadora del programa de televisión Corazón corazón? ¿Qué pintaba en lo que, en un principio, pensé que sería una extensión de ese programa de crónica social?
La sorpresa fue mayúscula cuando comprobé que el directo, además de no tener nada que ver con la temática de ese programa, era mucho más que una entrevista. Se trataba de una conversación en la que el invitado desgranaba todo su saber al tiempo que las intervenciones de Anne estaban cargadas de contenido lleno de significado.
Para nada me sorprendió su educación y saber estar, su elegancia, incluso en la comodidad de su casa, su naturalidad. Todo eso ella lo transmite en su programa, que en alguna ocasión seguí en lo que me parece otra vida, porque hace 18 años que dejé de ver la televisión. Para que te hagas una idea, no tengo tele en el salón. El “momento uvas” que compartimos con ella desde hace años lo seguimos desde el ordenador, no te digo más. Por cierto, otra ocasión, la de las uvas, en que me transmitía su buen hacer y su cercanía.
Así que mi sorpresa no tuvo nada que ver con aquello de “las apariencias engañan”. Para nada, ella no engaña. Lo que me sorprendió de ella fue el calado de sus reflexiones. En todo caso, el programa que presenta no deja entrever todo lo que ella es y sabe. Indagué y descubrí que Anne es mucho más que la presentadora de Corazón corazón. Es una persona que se ha formado en temas de desarrollo personal: PNL, Coach PCC por valores y conferenciante de Mentes expertas. Esa fue mi sorpresa. Ahora entendía el tú a tú que mantenía con sus invitados, entre ellos alguno de mis ídolos: Mario Alonso Puig, Luis Galindo, Javier Iriondo, Emilio Duró, Sergio Fernández…
Si te suenan estos nombres ya te haces una idea del calado que han podido alcanzar los directos de Anne. Si no es así, aquí estoy yo, para invitarte a que los conozcas. Y una buena forma de conocer a todos, a ella y a las personas que ha ido invitando, es visitando su canal de you tube, al que ha ido subiendo algunos vídeos. Además, en ese mismo canal ha subido las meditaciones que también realiza con invitados especiales en el fin de semana. Yo ya los he utilizado para dejarme guiar en más de una ocasión. Y en otros momentos en lo que lo hago por mi cuenta, visualizo el budita que ella comparte durante sus directos de meditación. ¡Me encanta esa figurita!
Porque sus directos han ido evolucionando durante el estado de alarma, han ido cambiando de registro. Comenzaron siendo un bálsamo para hacer más llevadero el confinamiento, se volvieron un espacio desde el que conocerse mejor a uno mismo, evolucionaron hacia un nido desde el que emprender nuevos vuelos y ahora…, ahora Anne ha vuelto a su programa y me la imagino feliz, porque, tal y como ella cuenta en una de las escasísimas entrevistas que ha concedido, empezó en todo esto del desarrollo personal en un momento de crisis en el que a pesar del triunfo no aceptaba su trabajo como algo valioso. Empezó a buscar coherencia y gracias a ese indagar y a ese trabajo profundo de autoconocimiento logró ese “reencuentro entre personaje y persona”. Desde entonces recobró la satisfacción de hacer su programa con el que lleva más de 25 años en antena. Me imagino lo que debió suponer para ella volver a Corazón corazón, ayer, 19 de junio de 2020. Después de todo lo que ha aportado durante el confinamiento, sin duda ella también se ha transformado en otra persona todavía más plena. Muchas gracias, Anne.
De nuevo, el confinamiento, me refrescó una lección vital: la importancia de no poner etiquetas, de no prejuzgar. Ya en su día (mayo de 2017) pasé por algo parecido, cuando conocí a Eva Collado Durán mediante la lectura de su primer libro, “Marca eres tú”. Además, con Eva hice pleno y también caí en la trampa de “las apariencias engañan”. Lo cuento todo en la entrada que le dediqué en este blog y a la que puedes acceder desde este enlace. ¡Un abrazo, Eva!
Desde este humilde espacio pido disculpas a Anne y a todas las personas que haya podido juzgar mal. También aprovecho para perdonar a todas las que hayan caído en ese error conmigo. ¡Es tan sanador perdonar!
Si me sigues la pista, sabes que este curso, desde el Proyecto de Educación para la Salud Postura sana y con mis Clarinetistas cuentacuentos, me he volcado en la difusión de la Reanimación Cardio Pulmonar. Que ningún corazón se quede sin latir porque un par de manos no lo sepan reanimar. Y resulta que una de las personas que más me ha acompañado al otro lado de la pantalla de mi móvil es justo la presentadora de Corazón corazón, que se ha volcado en que todos podamos aumentar nuestro desarrollo personal. Pues nada, a dejar que el corazón siga invadiendo mi vida. A seguir los directos de Anne mientras los haga (aunque yo prefiero verlos luego por mi cuenta desde su canal de you tube) y a desearle que tenga mucha suerte en la nueva era de su programa y de su vida. Por mi parte seguiré poniendo mucho corazón en todo lo que haga y volcada en la difusión de la RCP sembrando, más fuerte que nunca, mi lema: ¡Mucha música y mucha salud!
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